Después de que las cifras hayan mostrado un nuevo repunte, Javier Molina, analista senior de mercados para eToro, analiza la posibilidad de que las “predicciones de una menor inflación no sean tan sólidas como se desearía”. Así plantea la duda de quién se puede estar equivocando: “un mercado que descuenta un control de la inflación y la caída de tipos, o unos banqueros centrales que recuerdan aquello de “tipos altos más tiempo” para asegurar control de la inflación”.

IPC: banqueros centrales frente al mercado ¿Quién se equivocará? Javier Molina, analista senior de mercados para eToro

Tras el dato de IPC conocido hoy de España, surgen las dudas sobre quién se equivoca. Un mercado que descuenta un control de la inflación y la caída de tipos, o unos banqueros centrales que recuerdan aquello de “tipos altos más tiempo” para asegurar control de la inflación. La diferencia para las Bolsas no es menor pues, de tener razón los segundos, el susto puede ser mayúsculo.

De cara a 2024, las perspectivas de la economía española se ven empañadas por el delicado equilibrio entre crecimiento y estabilidad de precios. La tasa de crecimiento del PIB del país se mantuvo fuerte durante 2023, alcanzando el 2,4%. Sin embargo, los vientos económicos se están debilitando y las expectativas para este año tienden a ser ligeramente más débiles, y se espera que el crecimiento sea solo del 1,6%.

La inflación, la bestia impredecible que ha mantenido nerviosos a economistas y autoridades, sigue bajo la lupa. Los pronósticos indican que el índice de precios al consumidor (IPC) se desacelerará a alrededor del 3% este año y se espera que el IPC subyacente sea ligeramente superior al 3,2%. Este cambio en la inflación podría interpretarse como una señal positiva de que el poder adquisitivo de los consumidores españoles puede estar bajo una presión menor de la esperada.

Sin embargo, un análisis más detallado muestra que la situación puede no ser tan clara como sugieren las cifras que se descuentan. El Instituto Nacional de Estadística (INE) destacó una tendencia preocupante a principios de año. La tasa de inflación anual estimada aumentó al 3,4% en enero de 2024, un incremento notable en comparación con el 3,1% de diciembre de 2023. Este aumento se debe principalmente a los mayores precios de la electricidad, que parecen compensar los menores precios del combustible. Aún más reveladores son los datos sobre la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles, como los alimentos no procesados ​​y los productos energéticos. Se trata del 3,6%, lo que corresponde a un descenso de solo dos décimas.

En este contexto, las predicciones de una menor inflación pueden no ser tan sólidas como se desearía. Se espera que las tasas de interés caigan 0,75 puntos para finales de 2024, y la intervención del Banco Central Europeo (BCE) agregará mayor complejidad. Aunque esta medida tiene como objetivo estimular la economía, también podría tener un impacto secundario en los precios al consumidor. De momento, no tengo claro ese descenso de tipos y la atención seguirá en la inflación.

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