No se trata del problema que solucionas, sino a quien perjudicas con ello, o dicho de una forma más coloquial, a quien le muerdes la mano. Blockchain no es solo una herramienta para mejorar sistemas y procesos en el ámbito financiero como muchos solo ven, sino un catalizador para un cambio más profundo en cómo interactuamos, participamos y nos empoderamos en el entorno digital, marcando un paso significativo en nuestra evolución como sociedad, la cual cada vez está más conectada digitalmente.

Blockchain tiene un potencial transformador nato, nos permite una mayor autonomía y un gran control sobre nuestros datos e interacciones, dentro de internet. Al descentralizar la gestión de la información, otorga a cada persona mayor poder sobre su identidad digital, sus activos y su privacidad. Esta autonomía se traduce en una sociedad más consciente de sus derechos digitales, y más participativa en una economía con activos digitales, sabedora de que sus transacciones y datos están seguros. Blockchain, por tanto, no solo redefine las estructuras de poder tradicionales (incluso las que están ya dentro de Internet), sino que también impulsa una mayor inclusión y equidad, abriendo puertas a nuevas oportunidades económicas y de participación, en una escala global.

Podemos ver entonces a blockchain, como una solución elegante a un antiguo problema:

Cómo garantizar la fiabilidad y seguridad de las transacciones e interacciones en un mundo cada vez más digitalizado, sin la necesidad de una autoridad central.

Blockchain, por lo tanto, no es solo un concepto salido de la suma de muchas tecnologías, es una redefinición de los procesos en un mundo que requiere cada vez más transparencia, eficiencia y seguridad. Al resolver este viejo problema, blockchain se erige como uno de los pilares fundamentales en la construcción de un futuro totalmente digital, en todas las áreas que te puedas imaginar, más las nuevas que se irán desarrollando, por la propia naturaleza de su estructura, «un ecosistema vivo en constante crecimiento».

Absolutamente todo donde impactará blockchain (finanzas, seguros, logística, educación, ocio, gestión, medicina, gobernanza,….) tiene un denominador común, «los smart contract», sin ellos nada tendría sentido, pero eso da para otro artículo.