Satoshi Nakamoto publicó el whitepaper de Bitcoin en 2009 revolucionando la forma en la que pensamos en el dinero. Por primera vez en la historia se propuso un sistema descentralizado basado en la criptografía sin desventajas insalvables. Anteriormente hubo intentos de crear dinero electrónico usando cifrado y tecnologías de internet, como DigiCash, B-Money, Bit Gold, HashCash, etc.

Sin embargo, los intentos previos de desarrollar un sistema de dinero digital que precedieron Bitcoin en 20 años en algunos casos encontraron diversos obstáculos. El poder de cómputo de los 90s no era el suficiente como para escalar un sistema descentralizado a nivel mundial. Es posible que alguno de estos predecesores hayan inspirado el posterior nacimiento de Bitcoin.

Ventajas de la Descentralización

En las finanzas descentralizadas, DeFi en inglés, los usuarios son meramente wallets. Es decir, los productos que se utilizan mediante estas tecnologías no requieren el conocimiento de la identidad o de datos privados de sus usuarios. Quienes valoran su privacidad y el control de su información personal verán enseguida una gran ventaja en esta característica por defecto.

En muchos países los productos DeFi aún no están regulados. Si bien la legislación evolucionará para controlar el uso de todos estos servicios eventualmente, por el momento esto supone algunas ventajas como tasas de uso más baratas o casi inexistentes.

La descentralización de un cripto activo nos hace dueños de nuestro propio dinero. Solo quien posee la clave privada de una billetera es capaz de acceder a las monedas que contiene. Nadie más en el mundo puede disponer del saldo de Bitcoin en un wallet. Esto es un arma de doble filo ya que existen también muchos bitcoins perdidos por este preciso motivo pero, en el lado positivo, nadie puede cobrarnos, quitarnos o hacer uso alguno de estos activos salvo nosotros mismos.

Retos de la Descentralización

Hace algunos años, Vitalik Buterin, cofundador de la segunda criptomoneda y red con más capitalización del mercado cripto, Ethereum, describió el llamado trilema de la escalabilidad. En resumen, cualquier proyecto blockchain tiene la limitación de poder cumplir solo con dos de estas tres características: descentralización, escalabilidad y seguridad.

Vamos a citar un ejemplo muy simple publicado en El trilema de la Escalabilidad en Medium para explicar esta situación: 

Estás a punto de contratar a una compañía de envíos de buena reputación para enviar un paquete. En estas circunstancias, tienes tres opciones: el envío puede ser rápido y asequible, pero deficiente; rápido y de calidad, pero costoso; o, asequible y de calidad, pero lento. Nunca podrás obtener las tres cosas. Esto es lo que llamamos un triángulo de gestión de proyectos.

Algunos expertos apuntan a que no es posible satisfacer las tres condiciones al mismo tiempo. En cualquier caso, cuanto menos es un reto complicado y así se está presentando para las redes blockchain principales del mundo. En particular, Ethereum lleva sufriendo de altos costes de gas desde hace tiempo, no es raro pagar 50$ por una transacción hoy en día mientras que hace unos años los costes no superaban los pocos dólares.

El camino a seguir es híbrido

Los más entusiastas de la descentralización afirman que todos los sistemas van a convertirse en la versión DEX. Sin embargo, también hay ventajas que residen en los sistemas centralizados, como poder contactar a soporte técnico identificándote de alguna otra forma cuando pierdes tu contraseña. ¡Imagina un mundo en el que pierdes todo si pierdes tu clave privada!

Lo más probable es que se llegue a un compromiso entre centralización y descentralización en cuanto a los servicios se refiere. Así, las estructuras informáticas podrás aprovechar las ventajas de ambos paradigmas. En este sentido, podremos tener privacidad y seguridad con respaldo de nuestra información. La clave para prepararse para este futuro gira en torno a una educación constante. DEXBets fomenta el aprendizaje de todas estas nuevas tecnologías.