“Aprovecha el rally, pero prepárate para la caída”. Por Javier Molina, analista de Mercados de eToro.
Agosto cerró con tono alcista pese a un telón de fondo político muy ruidoso en Washington. La renta variable estadounidense encadenó nuevos máximos históricos mientras los titulares se llenaban de tensiones institucionales (desde el pulso en torno a la gobernadora Lisa Cook, hasta decisiones polémicas del Ejecutivo).
Por ahora, su relevancia para las cotizaciones ha sido limitada. Del lado micro hemos visto como ocho de cada diez compañías batieron previsiones tanto en ventas como en beneficios en el segundo trimestre, los márgenes del SP500 mejoran, y se anuncian recompras de acciones que apuntan a lograr un máximo histórico de ejecución anual.
Ese soporte convive con señales que piden bajar un punto la euforia. En tecnología, los semiconductores aflojaron tras resultados: Nvidia confirmó que el ciclo de gasto en IA sigue acelerando, pero su guía conservadora y la asunción de no lograr ventas adicionales a China enfriaron el ánimo; otros nombres del sector tampoco deslumbraron.
Del lado macro, el PIB del segundo trimestre se revisó hasta el 3,3%, el PCE subyacente de julio salió en línea y el consumo mantuvo buen tono, pero la inflación en servicios mostró cierta reaceleración, pues el llamado “supercore” (servicios ex-vivienda) avanzó 0,4% m/m, el mayor ritmo desde febrero, y el PCE subyacente interanual se situó en 2,9%. Es un detalle que vigilar porque los servicios tienden a ser más “pegajosos” que los bienes.
En política monetaria, el mercado mantiene como caso base un recorte en septiembre (y otro antes de final de año), prácticamente sin cambios en la última semana. El riesgo importante no está en las próximas semanas, sino en 2026. El mercado ya descuenta más recortes y tipos más bajos para entonces de lo que señalan los “dots” (proyecciones) del último SEP de la Fed. En paralelo, los breakevens a 10 años (la inflación media que el mercado espera para la próxima década) subieron hasta ~2,46%.
Eso sugiere que los inversores ven algo más de riesgo de inflación a largo plazo, en parte por las dudas sobre la independencia de la Fed. Aun así, el movimiento semanal fue pequeño: aviso suave, no sirena. Otra cosa será septiembre, donde la pauta estacional es la más negativa del año.
¿Qué vigilamos en este contexto?
- Perfil con “sesgo constructivo y expectativas moderadas”. El mercado sigue siendo alcista, pero a estos niveles la pendiente se aplana. No es momento de perseguir precio y sí de gestionar el ritmo de exposición.
- Atención al mix de inflación. La inflación en servicios (supercore) está repuntando a la vez que el consumo sigue firme. Con eso, la Fed puede recortar en septiembre, pero no implica que el mercado vaya a subir valoraciones (múltiplos) de forma generalizada.
- Flujos y calendario importan. Con las ventanas de blackout (menos recompras y menos soporte técnico) y un septiembre históricamente flojo, es normal ver más volatilidad. Pero eso no cambia la tesis de fondo del mercado.
- Catalizadores inmediatos. Semana corta por festivo, con foco en empleo: vacantes, empleo privado y, sobre todo, nóminas no agrícolas de agosto el viernes (tras un julio más débil y fuertes revisiones). Cualquier señal adicional de debilidad laboral consolidaría el recorte de septiembre en precios. En micro, resultados de Salesforce y Broadcom añadirán lectura a tecnología.
Así las cosas, toca seguir disfrutando del rally, pero hay que viajar con el paracaídas puesto. La combinación de máximos recientes, servicios algo más firmes, riesgo institucional a medio plazo y estacionalidad adversa en septiembre invita a reforzar la disciplina, Seguimos en un mercado alcista, pero es obligado gestionar el riesgo, estar preparado para los ajustes que podrían venir y todo ello se logra con un posicionamiento correcto y ejecutando los rebalanceos pertinentes.
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