Con la cantidad de muertos diarios que aún tenemos suena un poco duro el título, pero no me quiero quedar en la situación de crisis actual porque quiero pensar ya en el día después.
Muchos de los que estáis leyendo esto estáis teletrabajando. Y si no contamos el cajero, ¿desde cuándo no habéis ido a una sucursal bancaria? Pero ¿vuestra última vez con el médico fue presencial o telemática?
Hace solo tres meses, en enero de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyó la eHealth entre los “Los 13 desafíos de la salud mundial en esta década”.
En uno de sus apartados titulado “Uso positivo de las nuevas tecnologías” dice que “las nuevas tecnologías están revolucionando nuestra capacidad para prevenir, diagnosticar y tratar muchas enfermedades”.
«¿Quién nos iba a decir que esta revolución nos vendría más rápida debido al coronavirus?»
¿Y quién nos iba a decir que esta revolución nos vendría más rápida debido al coronavirus?
Las aplicaciones móviles y las plataformas de salud digital son una vía para atender las dudas sobre el Covid-19 y atender a los pacientes con síntomas leves.
Esta semana leía la noticia de que una aseguradora española ha multiplicado por 10 las videoconsultas con especialistas, hasta alcanzar las 5.000 consultas digitales diarias.
Creo que nadie nos imaginábamos que podría llegar una pandemia de este nivel, con riesgo de colapso de los hospitales y que eso haría que términos como la telemedicina cobraran fuerza.
En situaciones como la de ahora, cuantas más personas acudan a un centro sanitario, más riesgo de contagio para ellas y para los profesionales que tienen que atenderlas.
La telemedicina nunca ha buscado sustituir la figura del médico presencial, pero muchas de esas consultas presenciales en centros de atención primaria y urgencias podrán ser sustituidas por una teleasistencia médica.
El efecto bata blanca
Y no olvidemos que también podremos combatir el efecto bata blanca que se da en personas diagnosticadas de hipertensión cuando acuden a medirse la presión arterial en el centro de salud o en la farmacia. Las medidas suelen ser más altas cuando se miden en el ambulatorio que cuando se hace una automedida en casa.
«La telemedicina no va a sustituir las consultas presenciales, pero espero que cuando acabe el confinamiento, no convirtamos los centros de salud en un entorno saturado»
Llevo años oyendo hablar de la brecha digital y las personas mayores. Mi madre suele decir “nadie es más que nadie”. Y aquí añadiría yo “a la fuerza ahorcan”. Muchos de esos hipertensos que “padecen” el efecto bata blanca son personas mayores. Hasta el año pasado, según Eurostat, no llegaba al 10% el número de españoles que usaban internet para hacer videoconferencias. Muchos de ellos ya compartían fotos en aplicaciones de mensajería, pero ahora han descubierto la videollamada. Habrá que estar atentos a la siguiente encuesta.
La telemedicina no va a sustituir todas las consultas presenciales, pero espero que una vez que acabe el confinamiento, no convirtamos las salas de espera de los centros de salud en un entorno saturado de personas que acuden a por recetas, a que les den el resultado de una analítica y que además entren en riesgo de contagiarse en la próxima pandemia.
Dedico este artículo a mi madre que en julio cumplirá 86 años.
Autor: Juan Carlos Santamaría, Director de Comunicación y Desarrollo Negocio de Inithealth (Grupo Init).
Publicación inicial de zonamovilidad.es