“A pesar de que las expectativas de la Fed de dos recortes de tipos en 2025 están en línea con las estimaciones, los inversores no están respondiendo del todo bien” ya que las perspectivas de inflación aumentaron respecto a las estimaciones de septiembre, comenta Bret Kenwell, analista de inversiones de eToro. “Si bien la paciencia de los inversores y los consumidores con respecto a la inflación puede estar agotándose, las últimas previsiones económicas de la Reserva Federal contienen aspectos positivos, como unas estimaciones del PIB superiores a las previstas y una tasa de desempleo inferior a la esperada para 2025”, señala.
Como se esperaba, la Reserva Federal ha cerrado 2024 con otro recorte de tipos de 25 puntos básicos. Pero ayer no se habló tanto de la bajada de tipos de diciembre -que se veía venir- como de las perspectivas de la Fed para 2025. Hasta ahora, la reacción a estas perspectivas ha sido una venta generalizada, con descensos en renta variable, bonos, oro y criptoactivos.
A pesar de que las expectativas de la Fed de dos recortes de tipos en 2025 están en línea con las estimaciones, los inversores no están respondiendo del todo bien. Esto se debe a que las expectativas de inflación aumentaron con respecto a las perspectivas anteriores de la Reserva Federal de septiembre. Si bien la paciencia de los inversores y los consumidores con respecto a la inflación puede estar agotándose, las últimas previsiones económicas de la Reserva Federal contienen aspectos positivos, como unas estimaciones del PIB superiores a las previstas y una tasa de desempleo inferior a la esperada para 2025.
En las últimas semanas se ha observado una extraña dinámica en los mercados, con las tecnológicas de gran capitalización apuntalando a los valores a pesar de la debilidad constante de los valores value, las pequeñas capitalizaciones y el deterioro de la amplitud del mercado. Si bien el mercado puede ser vulnerable a la debilidad a corto plazo, los catalizadores fundamentales del mercado alcista a largo plazo siguen vigentes, entre ellos: el fuerte crecimiento de los beneficios, una economía y un mercado laboral con una base sólida y -a pesar de la reacción de ayer- una Reserva Federal que sigue planeando bajar los tipos.
Los tipos de interés importan, pero no son lo único que importa. Por ejemplo, los inversores preveían entre cinco y seis bajadas de tipos en 2024. En mayo, esa expectativa se redujo a cero recortes y, sin embargo, el S&P 500 ha seguido subiendo como la espuma, alcanzando máximos históricos en 10 de los 12 meses de este año. La leve inflación es buena para la renta variable como clase de activo, mientras que los beneficios y la economía siguen actuando como vientos de cola hasta 2025.
Cualquier corrección significativa de la renta variable estadounidense es probablemente una oportunidad para los inversores.
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