Javier Molina, analista de Mercados de eToro. El mercado sigue fuerte, con tendencia inalterada y momentum positivo. La Fed recortó tipos y se espera siga haciéndolo, en un entorno de bolsas y donde ningún banco central ha endurecido su política en dos meses. Ir contra esta subida es luchar contra una ola de liquidez y un entorno político que quiere mantener la euforia. Puede haber burbuja, pero apostar contra ella ahora es caro y, casi siempre, prematuro.

Estamos en medio de un “melt-up” con más de veinte máximos desde junio y niveles de volatilidad muy bajos donde han entrado más de 150.000 millones de dólares en ETFs de bolsa en tres semanas. Los modelos sistemáticos (vol-control, CTAs) ya están al tope, lo que significa que no queda compra mecánica extra salvo que baje aún más la volatilidad y, conviene no olvidar en estos momentos que, si repunta, venderán.

La secuencia si hay un “shock” en algún momento, es conocida. Primero salen esos modelos sistemáticos, luego los discrecionales se cubren y los dealers aceleran la caída. Eso puede ser un ajuste del 5% o un 10% rápido que revierte con el típico “comprar la caída y vender volatilidad alta”, no necesariamente un drama.

A favor tenemos la estacionalidad, el regreso de las recompras de acciones, un pasivo constante y un retail activo. La variable clave es la amplitud, pues si se ensancha, el rally gana base mientras que, si vuelve a concentrarse en mega-caps, aumenta la fragilidad.

Si miramos el posicionamiento, el mercado de opciones lo deja claro pues el volumen medio de calls de las últimas 20 sesiones está en récord.

El retail sigue comprador y aprovecha las caídas. Los institucionales mantienen las posiciones largas, pero se cubren a la baja, con un resultado asimétrico pues el mercado sube con facilidad, pero cualquier shock puede amplificar la caída.  Subimos fácil (mucha demanda de calls), pero si entra demanda de puts, la caída puede acelerarse. Y conviene recordar que Wall Street no es la economía, y ahora mismo los hogares están más expuestos a renta variable que nunca.

El mapa de flujos añade matices. Entradas persistentes en crédito IG de corto plazo (racha histórica) y en deuda emergente. Salidas de fondos monetarios y soberanos, con las primeras grietas en high yield. Esto podemos traducirlo como que el capital abandona lo ultra-seguro para cazar “carry” en un mundo de baja volatilidad de tipos. El riesgo ya no está en el activo en sí, sino en la hipótesis de que las condiciones seguirán estables. La pregunta es cuánto durará.

Esta semana, atentos a las palabras de Jerome Powell que habla el jueves en Washington y varios miembros de la Fed también intervienen. Con datos macro retrasados por el shutdown, el tono de Powell y el “guidance corporativo” llevarán la narrativa.

Nuestra hoja de ruta es sencilla: reconocer el viento de cola monetario y de flujos, vigilar la amplitud y la volatilidad realizada como indicadores adelantados de giro, y mantener coberturas que no duelan mientras escalonamos el riesgo.

El mercado invita a dejarse llevar, pero la situación nos pide llevar casco en todo momento.

Este contenido tiene fines informativos y educativos únicamente y no debe considerarse como un asesoramiento de inversión o una recomendación de inversión. El rendimiento pasado no es una indicación de los resultados futuros. Los CFDs son productos apalancados y conllevan un alto riesgo para su capital. 

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