Las criptomonedas son activos digitales que se basan en la tecnología de cadena de bloques (blockchain) para garantizar su autenticidad, integridad y descentralización. Las criptomonedas pueden funcionar como medio de pago, de inversión o de reserva de valor. Algunas de las más conocidas son el bitcoin, el ethereum o las stablecoins, que son criptomonedas que mantienen un valor estable respecto a una o varias monedas o activos.
En América Latina, el uso y la adopción de las criptomonedas han crecido significativamente en los últimos años, impulsados por diversos factores. Entre ellos se encuentran la alta inflación, la inestabilidad económica y política, las restricciones cambiarias, la falta de inclusión financiera, la migración y las remesas, y la innovación tecnológica. Según un informe, el 51% de los consumidores de América Latina ya ha realizado una operación con criptoactivos, lo que muestra un alto nivel de interés y aceptación por este ecosistema.
Cada vez más empresas ofrecen productos mixtos utilizando servicios fiduciarios y de criptomonedas, lo que ayuda a ampliar la adopción de las criptomonedas en Latinoamérica; con empresas como Bit2Me, Bitpanda, Bitnovo, entre otras; liderando el mercado.
Esta última, gracias a su solución conocida como Bitnovo Pay, puede proporcionar a los comerciantes una solución de pasarela de pago para aceptar criptomonedas y recibir pagos en su país moneda local o poder elegir entre cualquiera de las criptomonedas de la plataforma. También como una herramienta útil para el intercambio de divisas, envío de remesas y pago de servicios online.
Sin embargo, las criptomonedas también enfrentan una serie de desafíos y obstáculos en la región, que pueden limitar su potencial y desarrollo. Algunos de estos desafíos son:
• La falta de educación sobre la tecnología blockchain y las criptomonedas. Muchas personas desconocen los beneficios, los riesgos y el funcionamiento de estas herramientas financieras digitales. Esto puede generar desconfianza, confusión o rechazo hacia las criptomonedas. Por ello, es necesario promover una mayor difusión y capacitación sobre este tema, tanto a nivel de usuarios como de autoridades, reguladores y empresarioshttps://www.obela.org/analisis/las-criptomonedas-en-america-latina.
• La regulación insuficiente o inconsistente. En América Latina, hay una gran diversidad de marcos legales y regulatorios sobre las criptomonedas, que van desde la prohibición total hasta la permisividad o la indiferencia. Esto genera incertidumbre jurídica, arbitrajes regulatorios, vulnerabilidades al lavado de dinero y al financiamiento del terrorismo, y dificultades para la integración con el sistema financiero tradicional. Por ello, es necesario armonizar y actualizar los criterios regulatorios a nivel regional e internacional, siguiendo los estándares y recomendaciones de organismos como el GAFI o el BIS
• El déficit de confianza e infraestructura. Las criptomonedas dependen de la confianza de los usuarios en su seguridad, estabilidad y utilidad. Sin embargo, esta confianza puede verse afectada por factores como la volatilidad de los precios, los ataques cibernéticos, las estafas o los errores técnicos. Además, muchas personas no cuentan con el acceso a internet, a dispositivos electrónicos o a plataformas de intercambio adecuadas para usar las criptomonedas. Por ello, es necesario mejorar la protección al consumidor, la ciberseguridad y la inclusión digital.
Estos son algunos de los principales desafíos que enfrentan las criptomonedas en América Latina. Superarlos requiere de una mayor cooperación entre los actores públicos y privados, así como de una visión estratégica que aproveche las oportunidades y mitigue los riesgos de este fenómeno financiero digital.